Editorial #6

6 :: Archivo y Memoria

Como muchas otras cosas de este 2020, el proceso de edición del número seis de Artilugio se vio sorpresivamente atravesado por la pandemia de covid-19, fenómeno global e inédito en varios sentidos. Inédito en su invitación a frenar e interpelar nuestros hábitos, a cuestionar lo naturalizado, a poner en suspenso comportamientos autómatas y a, tal vez reflexionar, tal vez percibir detenidamente, tal vez otorgar nuevos sentidos al verbo conectar. 

En Argentina las políticas públicas nos llevaron a mantener un aislamiento social, preventivo y obligatorio que aún hoy sostenemos con variantes y que, en el caso del sistema educativo, implicó no tener encuentros presenciales. En este contexto, en la Universidad Nacional de Córdoba se articularon estrategias de educación virtual de emergencia. A medida que pasaban los meses de aislamiento, la Facultad de Artes fue afirmando en su horizonte el uso creativo del espacio virtual como modo de contención de una comunidad conmocionada y en crisis. El arte, sus disciplinas y sus pedagogías renovaron su compromiso con el tejido de lazos sociales y la construcción de vínculos. ¿Puntos, nodos de nuevas conexiones globales? ¿Podremos pensar alguna dimensión que una las prácticas artísticas en situaciones de crisis sin importar su localización?

El eje de este número, Archivo y Memoria, se (re)significa a la luz de este contexto y busca acompañar estos procesos de reflexión, contención y reinvención que, de alguna manera, asumimos institucionalmente. Con la intensificación de la virtualidad como espacio hegemónico de socialidad en tiempos de aislamiento, lo que pensábamos como una descripción más o menos estable de nuestra cultura contemporánea en la convocatoria abierta a inicios de año, amerita un hiato también. Habíamos planteado la conservación del tiempo y la experiencia como una de las modalidades posibles en un mundo simultáneamente real y virtual, local y global. ¿Qué de este mundo virtual se hace real en este momento, para quiénes y cómo? ¿Cómo se inscribe esta experiencia en nuestros cuerpos? ¿Cómo se organiza un mundo frente al miedo globalizado, ante la democracia de la fragilidad y la muerte, ante la incertidumbre de un destino indescifrable? ¿Cómo imaginar el mundo postpandémico? ¿Qué de esta nueva experiencia colectiva afectará nuestra memoria y nuestros modos de registrar, seleccionar, organizar y construir archivos? 

En el campo del arte hace tiempo convivimos con la consciencia de lo efímero, transitorio y precario. En este sentido nos preguntamos ¿qué aportes pueden hacer las poéticas archivísticas en el despertar hacia nuevas concepciones de la vida, de lo vivible, del presente y su conservación o perdurabilidad? Algunos de estos interrogantes vienen hace tiempo pulsando las prácticas artísticas y resultan ineludibles en este contexto, atraviesan los textos, las obras, las reflexiones y los diálogos que compartimos en este número. 

En la sección Reflexiones contamos con los artículos de Sergio Martín (Valencia), Soledad Boero (Córdoba), Natalia Estarellas (Córdoba), María Elena Lucero (Rosario), Julia Isidori (Río Negro), Lorena Fioretti Katz (Córdoba), Gabriela Macheret (Córdoba), Sasha Hilas (Córdoba) y María del Carmen Gimeno (Valencia), quienes desde diversas perspectivas nos aproximan a las problemáticas y los desafíos antes expuestos, analizando y proponiendo alternativas locales a la construcción de memoria y archivos artísticos o relacionados al campo del arte. Vemos emerger preocupaciones afines como la construcción-lectura de archivos públicos y/o personales como opción poética; el predominio de la instalación como forma del arte contemporáneo que apela a la temporalidad del recorrido, la asociación de imágenes y objetos entre otras materialidades para la construcción de memorias; la activación del pasado reciente latinoamericano y las distintas formas de violencia institucional como marca distintiva de una experiencia común local; así como también, la necesidad de alternativas decoloniales para la lectura de algunos de estos procesos.

En la sección Dossier, Óscar Cornago (España) nos comparte un cuestionamiento a los estándares de la academia: qué protegen y qué rechazan los medios y los modos de valoración institucionales cuando se pretende homologar el lenguaje artístico y el científico. Esta preocupación, que también nos acecha con intensidad en nuestra apuesta editorial, toma forma propositiva en “El archivo como ficción operativa: la autoridad suspendida”, donde el autor pone en juego su experiencia de investigación artística en Se alquila. Archivo vivo del actor, junto con el actor Juan Navarro. En el ensayo vincula la conferencia performativa, como forma de desarchivar el pasado del actor, con la noción de autoridad en la creación de archivos y con la alternativa que presentan las prácticas artísticas a desautorizar y resistir los modelos institucionales dominantes. 

También en esta sección, el autor Carlos Gutiérrez Bracho (México) nos presenta “Los fusilamientos de Alejandro Román: narraturgia y teatro de lo real”, donde analiza un texto teatral que aún no fue puesto en escena y que tensa los vínculos con lo documental y la exploración artística frente al terrorismo de Estado. El artículo analiza uno de los dramaturgos más importantes de este momento en México, quien se anima a escribir en resonancia teatral con uno de los casos de desaparición forzada que más impacto ha tenido en las últimas décadas: el de los cuarenta y tres estudiantes de Ayotzinapa que fueron secuestrados por la policía y el ejército mexicano.

En la sección Diálogos invitamos a cuatro artistas que, desde diferentes disciplinas, encuentran interpeladas sus prácticas por la problemática del archivo y la memoria: Gonzalo Biffarella, músico y docente que experimenta con la composición sonora como escucha de los relatos de diferentes comunidades; Alicia Cáceres, docente y artista que trabaja el archivo desde el territorio, en proyectos comunitarios donde se vinculan desde el video y la fotografía; Federico Robles, comunicador social y cineasta que se interesa por cuestionar los discursos sociales naturalizados en los archivos; y Marina Sarmiento, bailarina, coreógrafa y docente que explora las memorias del cuerpo como archivo vivo y situado. El encuentro entre quienes dialogan se vió afectado por el aislamiento social obligatorio, por lo que no pudimos registrar una charla presencial sino que tuvimos que adaptarnos y generar un encuentro virtual. En la edición que compartimos, sin embargo, logramos reflejar cómo cada quien revisó su experiencia en función del trabajo con el archivo y cómo se dió un intercambio entre las perspectivas, reconociendo cruces y singularidades. 

En la sección Seguimientos contamos con un artículo sobre un proyecto de producción CePIAbierto “Media Opaca y Máscara Neutra: del entrenamiento autocognitivo a la composición del propio material escénico”, donde quienes lo comentan nos permiten ser parte de los devenires de un proceso de creación y dramaturgia colectiva. Aquí, la dirección se asume desde una escucha sensible a la experimentación del actor en escena, quien surca los mares silenciosos del lenguaje montado en su propia barca. 

Por último, celebramos el crecimiento de la sección Indeterminación, donde exhibimos distintas producciones y experiencias artísticas concebidas especialmente para el soporte de nuestra publicación. Resulta grato constatar el interés por estas formas de visibilización y circulación de los procesos creativos. En este número apostamos al diálogo entre la producción artística de Mónica Mayer (México), invitada especial con mucha trayectoria desde el artivismo, quien interpela la noción de archivo asociada a las maternidades; los trabajos de Noelia Chirino (Córdoba), quien evoca la nostalgia de ciertas tecnologías anacrónicas mediante sus dedicatorias anónimas manuscritas en libros viejos destinadas a un público desconocido; el grupo Atlas del Yukkuman (Tucumán), que invita a la construcción colectiva de memorias ancestrales sobre el territorio geográfico y cultural local; y Anaïs Florin Langlois (Valencia), quien interviene el espacio público con imágenes de archivos cuyas temporalidades híbridas ponen sobre la mesa la resistencia comunitaria frente al avance del “progreso” destructivo (de tierras y lazo social).Para cerrar este convite, agradecemos el enorme esfuerzo y compromiso de todas las personas que han hecho posible esta publicación: autorxs, artistas, evaluadorxs, equipo editorial y de registro que permiten que el deseo circule en las instituciones. En nuestra tensión entre las formas académicas y el campo artístico, buscamos sostener y defender los decires singulares frente a la homogeneización de los discursos, los formatos y los medios. Desde este lugar es que invitamos a una lectura sensible de los textos, obras, experiencias y proyectos que aquí se comparten, esperando que se reconozcan los diversos devenires que plantean las artes contemporáneas en su hacer y su decir.

__
Nota Editorial #6

Carolina Cismondi, Florencia Agüero y Sofia Menoyo
Descargar >> 
PDF / HTML / EBUP
__

Información editorial Artilugio #6 >> ver
__

Volver a inicio >